POR UN PRIMERO DE MAYO COMBATIVO:

 

¡ABAJO LAS REFORMAS NEOLIBERALES Y EL TOTALITARISMO!

 

Manifiesto de la Nueva Central de Trabajadores

Este primero de mayo celebraremos el 130 aniversario del Día Internacional de las y los Trabajadores, en un contexto de crisis económica nacional e internacional auspiciada por la irracional globalización del capital. No hay lugar en la tierra que no se convierta de pronto en objeto del violento saqueo de las empresas trasnacionales que compiten por el mundo, ni pueblo que soporte “pacíficamente” el despojo de sus bienes comunes, derechos sociales y libertades democráticas.

 

Hay lucha en todas partes. Los trabajadores de Europa se niegan a ceder sus conquistas con la Huelga General en Italia, Francia, España, Portugal y Grecia. En América Latina la clase obrera del sur del continente se apresta a librar una batalla frontal en contra de la derecha política y el intervencionismo norteamericano que pretenden a toda costa restaurar el neoliberalismo en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina. La guerra en Medio Oriente y la  hambruna en África desplazan hacia el norte a millones de seres humanos despojados de su derecho elemental a la vida. Mientras que la caída de los precios del petróleo acelera las contradicciones entre los bloques hegemónicos del capital que se disputan el mundo.

 

Los organismos financieros internacionales como el Banco Europeo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial promueven en todo el mundo nuevas reformas estructurales y la firma de tratados comerciales internacionales como el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), el Tratado Transpacífico de Comercio (TPP) y el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) que aseguren la sobrevivencia del capital y sus ganancias por encima de todas las cosas, así sea la propia destrucción del medio ambiente, el despojo de los bienes comunes y recursos naturales de los pueblos y la precarización del trabajo en todo el mundo. Ante este escenario los trabajadores deben unir sus fuerzas para defender no sólo sus conquistas históricas, sino para detener el desastre capitalista y plantearse la lucha por el poder para transformar al mundo.

 

En México, se ha impuesto un régimen político autoritario que simula democracia pero que en realidad transpira muerte y destrucción. La desaparición forzada, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la criminalización de la protesta social, el encarcelamiento y asesinato de luchadores sociales son prácticas comunes del Estado mexicano, así lo han venido constatando los informes sobre derechos humanos en México de la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional. La desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y las recientes revelaciones de tortura en México que sacudieron al mundo, son muestras claras de lo que ocurre en México.

 

 Las cientos de miles de muertes resultado de la llamada “guerra en contra del crimen organizado” y los más de 26 mil desaparecidos reconocidos por el propio Estado Mexicano son responsabilidad de los últimos tres gobiernos y del propio régimen de partidos que en su descomposición día con día, profundizan la pérdida de consenso social  y legitimidad del régimen.

 

 

 

Defendamos nuestros derechos democráticos y laborales

 

 

 

En México la “democracia” es monopolio de los partidos políticos del régimen. Por fuera de ellos no existe forma de participación política alguna. La Asamblea Constituyente de la Ciudad de México es un buen ejemplo de cómo los partidos que suscribieron el mal llamado “Pacto por México” excluyen con la ley electoral en la mano toda actuación crítica e independiente de los ciudadanos. Estos mismos se han encargado de desmantelar el carácter social de la Constitución Mexicana a lo largo de 30 años de sucesivas reformas estructurales neoliberales, ahora están por lanzarse en contra del pleno ejercicio de nuestras libertades políticas previendo que el descontento social pueda transformarse en insurgencia cívica. La Ley Atenco en el Estado de México y la Reforma al Artículo 29 constitucional que pretende suspender de facto las garantías individuales, anticipan esta tendencia al endurecimiento de la represión y la cancelación de las libertades democráticas en nuestro país. Como lo dijo el escritor Fernando del Paso al recibir el Premio Cervantes, estamos ante el peligro de que en México se instaure un estado totalitario.

 

Por otro lado, la crisis económica y las medidas de austeridad del gobierno de Peña Nieto profundizan el deterioro de la economía popular. La pérdida del poder adquisitivo del salario, el encarecimiento de la canasta básica y el alza generalizada de los bienes y servicios devastan la economía de amplios sectores de la población, mientras decenas de miles de trabajadores están perdiendo sus empleos como efecto de los recortes presupuestales y el cierre de empresas. Ante este escenario la mayoría de los trabajadores en México no contamos con instrumentos de lucha efectiva que nos permita hacer la defensa de nuestros intereses. En México no existe la libertad sindical.

 

Los sindicatos corporativos de filiación priista están más que entregados al gobierno y sus políticas neoliberales, por un lado, no se han opuesto al paso de las reformas estructurales, ni ofrecido resistencia a sus nefastas consecuencias. Ante la pérdida masiva de puestos de trabajo, sindicatos como el SUTERM de CFE y el STPRM de PEMEX no solo no ha defendido el empleo de sus afiliados, sino que han sido pieza clave en la mutilación de sus Contratos Colectivos; lo mismo podemos decir del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de frente a la mal llamada “Reforma Educativa”.

 

Por otro lado, los sindicatos de protección patronal constituyen verdaderas mafias al servicio de  empresas trasnacionales que vienen a hacer su agosto con los bajos salarios, estímulos fiscales y protección jurídica de sus inversiones que les ofrece el Estado mexicano. Los trabajadores son forzados a pertenecer a una organización fantasma que pacta condiciones de trabajo con el patrón, incluso por debajo de los que marca la ley. Nadie conoce a sus dirigentes, nunca hay asambleas y todos son sujetos de despido de facto al menor indicio de crítica o inconformidad con el sindicato de protección.

 

Y por si eso fuera poco, la tercerización y el out sourcing de plano prescinden de la organización sindical ofreciendo inmejorables condiciones de compra-venta de la fuerza de trabajo al capital público y privado. Mano de obra barata, sin seguridad social, nulos derechos de antigüedad, escaza seguridad e higiene en el trabajo y sobre todo ausencia definitiva de organización sindical. Todo esto en su conjunto ha contribuido a la precarización del trabajo en México. La inexistencia de la libertad sindical en nuestro país, así como la actuación venal de las Juntas de Conciliación y Arbitraje que han atentado sistemáticamente en contra del crecimiento del sindicalismo democrático, la contratación colectiva y el derecho de huelga, hacen de nuestro país un verdadero paraíso terrenal para la inversión extranjera. A eso le han apostado los gobiernos neoliberales en nuestro país: a vender barato al trabajador y saquear los recursos naturales del país.

 

 

 

Pese a todo, la clase obrera mexicana resiste

 

 

 

Por más que las autoridades laborales del país presuman la inexistencia de las huelgas en México, por más que las Juntas de Conciliación las declaren ilegales o inexistentes, por más que se les ignore en los medios de comunicación oligárquicos, las HUELGAS en México existen de hecho, han logrado importantes triunfos y tenderán a multiplicarse.

 

El reciente estallamiento de huelgas obreras de ArcelorMittal en Lázaro Cárdenas, Michoacán y de la ensambladora de automóviles japonesa NISSAN en Morelos; la tenaz resistencia y victoria parcial del SME después de seis largos años de lucha; la férrea resistencia magisterial de la CNTE a la Reforma Educativa, los paros en las maquiladoras de Cd. Juárez y la creación del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas nacido del levantamiento popular de San Quintín Baja California, son muestras claras de que la clase trabajadora resiste a la salvaje explotación del capital, a la embestida patronal en contra de sus derechos adquiridos y las llamadas reformas estructurales neoliberales.

 

 

 

Nuestro llamado

 

 

 

La Nueva Central de Trabajadores, integrada por más de 80 sindicatos democráticos e independientes de todo el país, llama a todas y todos los trabajadores a levantar consecuentemente nuestras demandas, a construir un sindicalismo democrático e independiente  capaz de sacudirse el control del charrismo sindical para revertir la política patronal del gobierno y sentar las bases políticas para el surgimiento de un nuevo poder obrero. Los trabajadores tenemos el derecho de organizarnos por cuenta propia y decidir por nosotros mismos.

 

Este Primero de Mayo alcémonos contra la precarización del trabajo, los contratos de protección y el charrismo sindical. Defendamos nuestro derecho a la contratación colectiva y la Huelga. Rechacemos el desmantelamiento del régimen de pensiones y jubilaciones. Marchemos en contra la privatización de los servicios públicos, la educación, la seguridad social y el agua. Demandemos un aumento salarial de emergencia. Democraticemos nuestros sindicatos desplazando al charrismo sindical, fortalezcamos con la unidad el sindicalismo democrático, organicemos nuevos sindicatos de lucha consecuente, alcemos la mira y luchemos por nuestra emancipación social.

 

Al gran capital no le interesan las vidas humanas. El terrible “accidente” ocurrido en la planta Clorados 3 de la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV) en Coatzacoalcos, Veracruz, complejo privatizado y operado por el consorcio Mexichem es consecuencia directa de la precarización del trabajo y de la inoperante “Reforma Energética”. El deterioro de las condiciones de seguridad e higiene es un rasgo común en la implantación del neoliberalismo y de la acelerada privatización de los bienes nacionales donde lo que se busca es “ganar-ganar”, no importando el daño al medio ambiente y mucho menos a la salud y vida de las y los trabajadores.

 

Este Primero de Mayo conmemoramos a nuestros mártires y héroes, refrendemos su ejemplo para animar nuestra lucha y avanzar por encima de todas las adversidades. Asumamos en la práctica que tenemos un mundo que transformar y que la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos. Si no es ahora ¿Cuándo? Si no somos nosotros ¿Quiénes?

 

La UNIDAD de la clase trabajadora no será obra de un milagro, ni de la voluntad de un mesías, sino que deberá construirse día a día en la resistencia cotidiana a los abusos del capital. La UNIDAD que nosotros reivindicamos es aquella que irá entrelazando nuestros esfuerzos en la solidaridad con los compañeros que luchan e irá tomando rumbo en la construcción de nuevas alternativas políticas para la clase trabajadora que tenazmente lucha por su emancipación.

¡ALTO A LA PRECARIZACIÓN DEL TRABAJO!

 

¡DEFENDAMOS EL DERECHO DE HUELGA Y DE CONTRATACIÓN COLECTIVA!

 

¡MUERA EL CHARRISMO SINDICAL Y DE PROTECCION PATRONAL!

 

¡POR UN SINDICALISMO AUTÓNOMO, DEMOCRÁTICO Y CLASISTA!

 

¡NO AL DESMATELAMIENTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL Y EL REGIMEN DE JUBILACIONES Y PENSIONES!

 

¡POR UN AUMENTO SALARIAL DE EMERGENCIA!

 

¡NO A LAS REFORMAS ESTRUCTURALES!

 

¡RENACIONALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS!

 

¡LIBERTAD A LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA!

 

¡PRESENTACIÓN CON VIDA DE LOS 43 ESTUDIANTES NORMALISTAS DE AYOTZINAPA!

 

¡NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL!

 

¡POR UNA CONSTITUYENTE DEMOCRÁTICA CIUDADANA Y POPULAR PARA LA CIUDAD DE MÉXICO!

 

¡APOYO TOTAL AL PARO INDEFINIDO DE LA CNTE DEL 15 DE MAYO PRÓXIMO!

 

ADEMAS EXIGIMOS:

 

¡LIBERTAD A GUSTAVO LABASTIDA, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE TRABAJADORES DE CALZADO SANDAK! ¡REINSTALACIÓN DE LAS COMPAÑERAS DEL SUTIEMS!

 

 

 

“La emancipación de los trabajadores será obra

 

de los trabajadores mismos”

 

Nueva Central de Trabajadores